Allende se suicidó, lamentablemente para TVN Salvador Allende se rindió.
Lastima que luego de asaltar el Cuartel Moncada Fidel Castro se rindió, lo encarcelaron y no cometió ningún gesto republicano como lo hizo Allende
Y recuerden, Don Salvador comía papas con arroz, tomaba Wisky y vino Casillero del Diablo...por eso merece ser EL GRAN CHILENO.
jueves, 28 de agosto de 2008
martes, 26 de agosto de 2008
PERSONAS IMPORTANTES
Piloto panameño había recomendado no usar el helicóptero, en el cual falleció el General Bernales, para transportar a personeros VIP.¿La vida de quien es tan poco importante que si podía ser transportada en dicho helicóptero?
Etiquetas:
General Bernales
viernes, 8 de agosto de 2008
UNIVERSIDAD: PROBLEMA Y MISIÓN
El rasgo más aparente de la institución universitaria en los últimos años ha sido su explosión demográfica, que ha tenido un significado no sólo cuantitativo sino cualitativo: una impresionante afluencia de estudiantes a las aulas universitarias, con la consiguiente continua y precipitada creación de universidades.
La consecuencia de este fenómeno es clara: en la universidad se ha dado un creciente proceso de masificación con todas sus consecuencias. Esta masificación –partiendo de la fuerte demanda social- viene en realidad provocada por la decadencia misma de la universidad, que renuncia progresivamente a ofrecer el saber y la ciencia y facilita en cambio técnicas profesionales, expectativas individualistas hacia el bienestar y el éxito social. Ambos factores –estructura académica debilitada y aspiración a la educación universitaria por parte de sectores cada vez más amplios- han producido situaciones de colapso en la universidad: incapacidad de asimilar universitariamente a las crecientes oleadas de estudiantes; búsqueda en la universidad de la inmediata capacitación profesional y desprecio práctico de las ciencias teóricas o de los saberes inútiles; fuerte retroceso, en consecuencia, de los saberes liberales –las humanidades- ante la presión de las ciencias útiles y de los saberes tecnólogos.
Si Max Weber pudiera levantarse de su tumba y darse un paseo por nuestras universidades, pronto le vendría a la memoria su célebre expresión: “rutinización del carisma”. ¿Qué es lo que distingue a un funcionario de la docencia de un maestro?, ¿Qué es lo que convierte a un estudiante gregario de un inquieto buscador del saber?.
Podríamos decir, para sintetizar este complejo proceso, que en los últimos años hemos pasado de una universidad todavía minoritaria a una universidad de multitudes, que se ha transformado en una universidad masificada, es decir, a una universidad que, en vez de brindar incitaciones culturales y modelos de reforma social a la sociedad circundante, la refleja de manera conformista. Aquí se centra el problema.
Ya se ve que las reflexiones que preceden incluyen –subyacente, pero dirigiendo el discurso- una idea acerca de qué sea –o deba ser- la universidad. Lo diremos brevemente. Si un pueblo es lo que es su tradición y su cultura, la universidad es –debe ser- ante todo y más todavía en la coyuntura social en la que nos movemos, el ente máximo en el orden de la cultura, la institución en la que se posee la cultura. La universidad es sencillamente, el ámbito en que se adquiere una conciencia rigurosa de la cultura del pasado y en que se discierne y se forja el futuro de la cultura y por lo tanto de la nación. Sin esta posesión refleja de la cultura y de su sentido no hay universidad, ni vida universitaria. Puede haber acumulación de ciencias y técnicas, una masificación de los contenidos, profesores refugiados en su parcela científica como el hombre del neolítico en su cueva; pero no universidad, pues ésta desaparece en el actual proceso de desuniversalización de la universidad. Parafraseando a John Henri Newman, la universidad no es sólo una escuela de conocimientos de todo tipo, sino ante todo, un lugar donde se enseña el conocimiento universal.
Este es a mi parecer el núcleo histórico de la institución universitaria, su paradigma, que podría ser realizado en mayor o menor medida, pero desde el cual, una y otra vez, debería emprenderse el desarrollo y reforma de la universidad.
La consecuencia de este fenómeno es clara: en la universidad se ha dado un creciente proceso de masificación con todas sus consecuencias. Esta masificación –partiendo de la fuerte demanda social- viene en realidad provocada por la decadencia misma de la universidad, que renuncia progresivamente a ofrecer el saber y la ciencia y facilita en cambio técnicas profesionales, expectativas individualistas hacia el bienestar y el éxito social. Ambos factores –estructura académica debilitada y aspiración a la educación universitaria por parte de sectores cada vez más amplios- han producido situaciones de colapso en la universidad: incapacidad de asimilar universitariamente a las crecientes oleadas de estudiantes; búsqueda en la universidad de la inmediata capacitación profesional y desprecio práctico de las ciencias teóricas o de los saberes inútiles; fuerte retroceso, en consecuencia, de los saberes liberales –las humanidades- ante la presión de las ciencias útiles y de los saberes tecnólogos.
Si Max Weber pudiera levantarse de su tumba y darse un paseo por nuestras universidades, pronto le vendría a la memoria su célebre expresión: “rutinización del carisma”. ¿Qué es lo que distingue a un funcionario de la docencia de un maestro?, ¿Qué es lo que convierte a un estudiante gregario de un inquieto buscador del saber?.
Podríamos decir, para sintetizar este complejo proceso, que en los últimos años hemos pasado de una universidad todavía minoritaria a una universidad de multitudes, que se ha transformado en una universidad masificada, es decir, a una universidad que, en vez de brindar incitaciones culturales y modelos de reforma social a la sociedad circundante, la refleja de manera conformista. Aquí se centra el problema.
Ya se ve que las reflexiones que preceden incluyen –subyacente, pero dirigiendo el discurso- una idea acerca de qué sea –o deba ser- la universidad. Lo diremos brevemente. Si un pueblo es lo que es su tradición y su cultura, la universidad es –debe ser- ante todo y más todavía en la coyuntura social en la que nos movemos, el ente máximo en el orden de la cultura, la institución en la que se posee la cultura. La universidad es sencillamente, el ámbito en que se adquiere una conciencia rigurosa de la cultura del pasado y en que se discierne y se forja el futuro de la cultura y por lo tanto de la nación. Sin esta posesión refleja de la cultura y de su sentido no hay universidad, ni vida universitaria. Puede haber acumulación de ciencias y técnicas, una masificación de los contenidos, profesores refugiados en su parcela científica como el hombre del neolítico en su cueva; pero no universidad, pues ésta desaparece en el actual proceso de desuniversalización de la universidad. Parafraseando a John Henri Newman, la universidad no es sólo una escuela de conocimientos de todo tipo, sino ante todo, un lugar donde se enseña el conocimiento universal.
Este es a mi parecer el núcleo histórico de la institución universitaria, su paradigma, que podría ser realizado en mayor o menor medida, pero desde el cual, una y otra vez, debería emprenderse el desarrollo y reforma de la universidad.
Etiquetas:
John Henri Newman,
Max Weber,
universidad
Suscribirse a:
Entradas (Atom)