domingo, 2 de noviembre de 2008

Hace un par de viernes se leía en LUN

Rugbistas y futbolistas de la Universidad del Bío-Bío que expulsaron a encapuchados.

“Fuimos muy arriesgados, pero era la única forma d echarlos”

Como un verdadero Hulk, Cristian Neira se enfureció y, sin importarle nada, se fue en contra de los manifestantes.

“Vamos, vamos, vamos, se volvió loco. Corre, huevón, vienen todos”, le dice un encapuchado a otro, mientras un grandote enfurecido de dos metros, vestido con short azul y polera roja se abalanza sobre ellos.

“¡Estos son los estudiantes, no esas weas!”, grita un joven finalizada la persecución.

Esta vez les tocó a los típicos encapuchados huir a perderse de las piedras que usualmente ellos usan en sus violentas protestas y barricadas, y a los estudiantes, expulsarlos a palos y golpes. Mundo al revés.

La particular gresca, que ocurrió el miércoles en los patios de la Universidad del Bío-Bío de Concepción, quedó registrada en video y el protagonista indiscutido es Cristián Neira, estudiante de ingeniería comercial y fanático del fútbol.

Eran casi la una de la tarde cuando un grupo de encapuchados apareció por atrás de la universidad con carretas, neumáticos, mochilas con piedras, ladrillos y bombas molotov.

“Nos dio tanta lata verlos con todas sus porquerías otra vez que dijimos basta, vamos a quitarles las cosas”, cuenta Esteban Toloza, de ingeniería civil, quien con sus compañeros del equipo de rugby organizó la expulsión de los encapuchados.

“Nosotros estábamos en entrenamiento y en las otras canchas, los de construcción estaban jugando baby fútbol, así que se sumaron”, relata Toloza, de 27 años.

“Los seguimos y en el camino agarramos palos, piedras, lo que pillamos. Después les empezamos a gritar que se fueran. Nos fuimos encima y logramos sacarlos a empujones”, agrega.

Hombre increíble.

Pero afuera del campus, los encapuchados aprovecharon de prender las bombas molotov y lanzarlas a los aguerridos estudiantes. Una de ellas le cayó en el pie a Cristián Neira.

“Como andaba con zapatillas, se resbaló y cayó. Entonces nosotros nos abalanzamos sobre ellos para que no lo lincharan”, dice Álvaro Jara, compañero del futbolista.

Pero Neira reaccionó, se levantó y con una furia al estilo Hule se fue en contra de un encapuchado que lo amenazaba con un palo. En un fugaz forcejeo, el enorme futbolista logró quitarle el madero y los salió persiguiendo a todos.

“Fuimos muy arriesgados, pero era la única forma de echarlos. Nos tienen hartos. Teníamos que atacar mientras estuvieron desprevenidos. Ellos nunca se esperaron nuestra reacción. Lo malo es que ahora pueden venir represalias”, dice Toloza.

Cristián Neira quedó con quemaduras leves en sus pies y sus compañeros lo felicitaron.

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